Hace unos meses, decidí renovar mi cocina y una de mis principales decisiones fue optar por una encimera negra granito. Quería algo que además de estético, fuera funcional y duradero. Al investigar, descubrí que muchos cocineros profesionales y aficionados eligen este material no solo por su apariencia elegante, sino también por su resistencia y durabilidad. Pero, tenía una duda que me rondaba la cabeza constantemente: ¿podría este tipo de encimera soportar el calor de los utensilios directamente salidos del fuego?
Decidí indagar un poco más. Una de las primeras cosas que noté es que el granito es una roca ígnea formada por magma, lo que le da una increíble resistencia al calor. Según un estudio de la Universidad de Goettingen, el granito puede soportar temperaturas de hasta 250 grados Celsius sin sufrir daños estructurales. Es decir, puedes colocar una olla caliente sobre la encimera sin preocuparte de que se quiebre o deforme. Esto es especialmente importante considerando que las cocinas tienden a ser lugares de alta actividad y temperaturas elevadas.
En uno de los foros de cocina que frecuento, una chef mencionó que lleva más de diez años usando una encimera de granito negro y nunca ha tenido problemas con el calor. De hecho, comentó que ha dejado sartenes recién salidas del horno sobre la superficie en múltiples ocasiones y la encimera se mantiene en perfecto estado. Este testimonio me dio una clara señal de que estaba tomando la decisión correcta. Considerando la inversión significativa que supone renovar la cocina, es importante saber que el material elegido tiene una vida útil extendida.
Además, revisé un informe de Consumer Reports donde se comparaban diferentes materiales de encimeras. El granito figuraba entre los tres mejores en términos de resistencia al calor, junto con el cuarzo y el acero inoxidable. Según el informe, el 95% de los usuarios que optaron por granito señalaron su alta resistencia como uno de los factores clave para su elección. Esto se alinea con lo que había leído previamente y me dio la confianza necesaria para seguir adelante con mi elección.
Pero no solo la durabilidad y resistencia al calor eran elementos a considerar. También me preocupaba el mantenimiento. Imagina tener una superficie que aparte de no soportar el calor, requiriera cuidados especiales para evitar manchas o desgaste. Por suerte, en mi investigación, encontré que el granito es también muy resistente a las manchas y rayaduras. Una de las cosas que más me preocupaba era si al derramar algún líquido caliente o alimentos se podría manchar. Sin embargo, descubrí que el granito negro, por su color y composición, es una de las piedras más fáciles de mantener. Basta con limpiarlo con un paño húmedo y un jabón neutro para mantener su brillo.
Un amigo que trabaja en una empresa de reformas me comentó que una de las principales razones por las que los clientes eligen granito, además de su resistencia, es su capacidad de mantenerse frío. Esto es ideal para quienes disfrutan de la repostería, ya que una superficie fría facilita la manipulación de masas. Me pareció un detalle interesante y un valor agregado que no había considerado. No suelo hacer muchas recetas de repostería, pero me pareció un dato útil para el futuro.
Por último, revisé el coste total de instalar este tipo de encimera. Aunque tiene un precio inicial elevado, al comparar la durabilidad y los beneficios que ofrece a largo plazo, el retorno de inversión es considerable. Por ejemplo, un tablero de granito puede durar hasta 50 años o más con el cuidado adecuado, mientras que otros materiales como el laminado pueden necesitar reemplazo en menos de 10 años. Esto sin duda justifica el gasto inicial. Al final del día, estoy convencido de que hice la mejor elección para mi cocina y me siento seguro de que mi encimera resistirá el paso del tiempo y el rigor de mis experimentos culinarios.